Los romanos la nombran Salduba, aunque para algunos, el nombre de Marbella tiene origen en el latín tardío, Marba, con el sentido de laguna de un manantial, mientras para otros se trata de una evolución de la época de la romanización, de Maria Belli, mares de guerra. Lo cierto es que está probado como primer asentamiento, del siglo I, el de los romanos, con numerosos vestigios. Después, durante la ocupación árabe, época en la que se construyo el castillo en el siglo X, era conocida por el topónimo de Marbil-la o Barbella, con el significado de población internada. Los escritores andalusíes la citan como Marvilia, Marbulla o Marballa.
El 11 de junio de 1485 pasó a formar parte de la Corona de Castilla, recibió el nombramiento de ciudad y se convirtió en la cabecera de la comarca. Cuenta la tradición que paseaba la reina Isabel la Católica en compañía de Vigil de Quiñones cuando asombrada exclamó: “¡Qué mar tan bella!”, a lo que el militar respondió: “Desde este momento, este pueblo se llamará Marbella”. No hay certeza histórica en este hecho, pero sí que desde que fue reconquistada ha mantenido este nombre.
Y a la vista está que su nombre no se equivoca y la mar que baña este pueblo no puede ser mas bella.
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